Imagen tomada de NPR

Publicado en El País de Cali el 20 de Agosto del 2024

El 19 de agosto en la convención demócrata, el gran homenajeado fue Joe Biden. Durante los diferentes discursos, personajes como Hillary Clinton afirmaban que Biden “había actuado como un verdadero patriota”, mientras también resaltaba que ahora lo importante era que “Estados Unidos está escribiendo un nuevo capítulo”. El evento era, como dice The Economist, una celebración de una persona que puso al país por encima de sus intereses personales, pero también el entierro de una carrera política.

Mientras los delegados y asistentes a la convención ovacionaban al Presidente con un “thank you, Joe”, las intervenciones de personalidades tan variadas como Steve Kerr (entrenador de los Golden State Warriors y exbasquetbolista de los Chicago Bulls), Raphael Warnock (senador de Georgia y expastor), Alexandria Ocasio-Cortez (representante por el Estado de Nueva York), e inclusive Kamala Harris, hablaban más sobre el futuro del partido que del propio Biden y su gestión.

El presidente estadounidense también habló y, aunque su discurso se enfocó en la plataforma política de Kamala Harris y el porvenir del partido, una gran parte de su participación estuvo centrada en recalcar los logros de su gobierno. Sin embargo, como señala The Economist, el legado de Biden dependerá, en gran medida, del resultado de esta elección. Esto no solo se debe a las amenazas que representa Donald Trump para la democracia, sino también al accionar del actual presidente. Si gana Harris, las críticas a Biden sobre su tardía retirada de la contienda electoral pasarán a ser anecdóticas. Sin embargo, si su pupila pierde, gran parte de la responsabilidad caerá sobre él, pues la historia lo recordará como el presidente que no fue eficaz en liderar un proceso institucional y oportuno que derivara en la escogencia de un sucesor para asegurar la continuidad en el poder de su partido, demora motivada por sus intereses personales de reelegirse, aun cuando era evidente que no tenía la capacidad de gobernar cuatro años más.

Aunque Biden había prometido en 2019 ser un presidente de transición, este después buscó asumir un papel más protagónico. Según The Economist, intentó convertirse en un presidente histórico, emulando a Franklin Delano Roosevelt por la coyuntura en la cual recibió al país. La crisis del 6 de enero de 2021 generada por seguidores del entonces presidente Donald Trump que se tomaron el Capitolio y que el mismo Trump agitó para intentar evitar la aprobación del voto electoral, al igual que la crisis social por la pandemia del covid-19, hacían que el presidente Biden alimentara sus ambiciones de ubicarse en el olimpo de los líderes de la Casa Blanca. Sin embargo, las fallas en política exterior y en la política migratoria, al igual que su tardía salida de la contienda presidencial, podrían afectar su legado.

Kamala Harris ha tenido un repunte en los sondeos electorales. Según el promedio agregado de las encuestas de FiveThirtyEight, la candidata demócrata tiene el 46,6% de apoyo, mientras que Trump el 43,8% y Robert F. Kennedy Jr. el 4,9%. Este resultado es importante si se tiene en cuenta que tres días después de la dimisión de Biden a la candidatura, el 24 de julio, las encuestas indicaban que Harris tenía el 44,9%, mientras que Trump el 44% y Kennedy el 5,2%. Aunque la convención será la proclamación indiscutible de Kamala como candidata presidencial, esta estuvo marcada por la despedida de la carrera política del actual mandatario de los estadounidenses. u verdadero legado se definirá por el triunfo o la derrota de Harris. Aún faltan más de 70 días para la elección el 5 de noviembre, y esta última página de la historia política de Joe Biden está por escribirse.

MARIO CARVAJAL CABAL

Consultor Senior de Asuntos Públicos para IDDEA Comunicaciones

Twitter: @Mariocarvajal9C

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