Janet Yellen y las sanciones contra Rusia
Las sanciones que Occidente, liderado por Estados Unidos y la Unión Europea, le han impuesto a Rusia no han sido efectivas para limitar el accionar de Vladimir Putin. La razón de su inefectividad recae en la dependencia europea de gas ruso, y el hecho que las sanciones no han afectado la venta de este combustible fósil.
Amos Hechstein, oficial de seguridad energética de Estados Unidos, afirmó que el gobierno de Putin está obteniendo mayores ingresos petroleros ahora que antes de la guerra en Ucrania. Según la Agencia Internacional de Energía, en mayo hubo un aumento de 50% en los ingresos petroleros comparado al año anterior, llegando a unos $20 billones al mes. La mayor parte de esos ingresos provinieron de Europa.
Las sanciones que prohíben la compra de combustibles fósiles provenientes de Rusia por parte de la UE no entrarían en vigor sino al final de este año. Sin embargo, la ministra de Hacienda de los Estados Unidos, Janet Yellen, formuló una propuesta con el objetivo de disminuir los ingresos de la venta de petróleo ruso, que cada vez va teniendo más acogida.
Para Yellen, Estados Unidos y la UE deberían imponer un límite al precio al cual se puede comprar el petróleo ruso. Esto se lograría dado que, según el Centro de Investigación de Energía y Aire Limpio, el 68% del crudo ruso se transportó en barcos del Reino Unido, Unión Europea y Noruega. Igualmente, estos barcos petroleros fueron asegurados por compañías del Reino Unido, Noruega y Suecia. Por consiguiente, lo que propone la ministra es que el tope máximo este justo encima del costo marginal de producción rusa, que según Reuters se estima que es entre US$3- US$4 por barril. De lo contrario, ni las compañías de seguros de estos países ni los barcos, transportarían o asegurarían petróleo ruso.
La idea de Yellen es que, con esta estrategia, Rusia seguiría produciendo petróleo, dado que la lógica económica dictaría que el país seguiría obteniendo beneficios, pero estos podrían verse reducidos, haciendo que la financiación de la guerra contra Ucrania se vea afectada. Esta estrategia tiene varios problemas.
Primero, debe existir un consenso mundial de no comprarle a Rusia petróleo a un precio diferente y adherirse a las reglas de juego impuestas por USA y la UE. En este momento, Rusia le vende petróleo a $30 dólares el barril (el precio internacional está a $98 el barril) a China y la India, quienes aún no condenan la invasión rusa, y están aprovechando este descuento. Por consiguiente, Rusia podría continuar con esta estrategia. Aunado a esto, el gobierno Putin podría presionar para que países como la India, China y Brasil, acepten que los barcos rusos estén asegurados por la compañía del Estado ruso de seguros (Rnrc por sus siglas en inglés), y vender el petróleo a un precio más alto que el impuesto por Occidente. Haciendo que la implementación de la propuesta de Yellen no logre sus objetivos.
Igualmente, si se impone este límite de precio al petróleo de Rusia, Putin podría suspender el suministro de gas a países europeos y esperar a que esos gobiernos cambien su postura al ver amenazada su situación económica ante un aumento de precios energéticos y de inflación. Las estrategias para limitar el accionar de Putin en Ucrania no son fáciles de implementar, en especial por la alta dependencia del viejo continente de gas y petróleo ruso, aunado a una situación económica e inflacionaria altamente compleja. Por consiguiente, aunque el plan de Yellen podría limitar el accionar de Putin, aún no existe una salida al conflicto que ya sobrepasa los 6 meses.
MARIO CARVAJAL CABAL
Internacionalista y Magister en Estudios Latinoamericano de University of Oxford
Twitter: @Mariocarvajal9C